La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria – EFSA – ha establecido un nuevo umbral de seguridad para las principales sustancias perfluoroalquiladas o PFAS que se acumulan en el organismo.
El umbral establecido es una ingesta semanal tolerable (IST) por grupo de estas sustancias de 4,4 nanogramos por kilogramo de peso corporal. Este valor forma parte de un dictamen científico sobre los riesgos para la salud humana derivados de la presencia de estas sustancias en los alimentos.
Qué son los PFAS
Los PFAS son un grupo de sustancias químicas producidas por el hombre que se fabrican y usan en gran variedad de industrias en todo el mundo: textiles, productos domésticos, lucha contra incendios, industria automotriz, procesado de alimentos, construcción, electrónica, etc.
La exposición a estos productos químicos puede acarrear efectos adversos para la salud. Las personas pueden exponerse a los PFAS en diferentes maneras. Incluso en los alimentos, donde suelen encontrarse con más frecuencia en agua potable, pescados, frutas, huevos y productos derivados del huevo.
Estos alimentos pueden contaminarse a través de suelo y agua contaminados utilizados para su cultivo, por la concentración de estas sustancias en los animales a través de piensos y agua, mediante los envases alimentarios que contengan PFAS o los equipos de procesamiento que contengan PFAS.
Los cuatro PFAS que la evaluación de la EFSA – localizada en Parma – examinó de cerca son: el ácido perfluorooctánoico (PFOA), el sulfato de perfluorooctano (PFOS), el ácido perfluorononanoico (PFNA), y el ácido sulfónico perfluorohexano (PFHxS).
Sitios más comunes donde se encuentran los PFAS
Durante más de 50 años, diferentes sectores han estado fabricando PFAS para gran variedad de productos. Actualmente su producción se ha restringido. Sin embargo, el desecho inapropiado de productos que los contienen o la liberación a partir de artículos que han sido tratados con estas sustancias, hace que los encontremos en sitios tan comunes como:
- Elementos domésticos: telas repelentes de manchas y agua, productos antiadherentes (como Teflon), compuestos para pulir, ceras, pinturas, cajas de pizza, productos de limpieza y espumas para combatir incendios (una importante fuente de contaminación del agua subterránea en los aeropuertos y bases militares donde se realiza el entrenamiento para combatir incendios).
- Alimentos: envasados en materiales que contienen PFAS, procesados con equipo que utilizó PFAS, o cultivados en tierra o con agua contaminados con PFAS.
- Empleos: plantas de producción o industrias que utilizan PFAS.
- Organismos vivos: peces, animales y seres humanos, donde las PFAS pueden acumularse y persistir con el paso del tiempo.
- Agua potable: En 2012, la EPA incluyó el PFOA y el PFOS entre los contaminantes que se deben monitorear en los sistemas de agua.
Impacto sobre la salud
Como hemos apuntado anteriormente, los PFAS pueden tener efectos adversos sobre la salud. Así lo han indicado expertos que han relacionado la exposición de estas sustancias con efectos negativos en el sistema inmunitario, cáncer (en el caso de PFOA) o perturbación de la hormona tiroides (en el caso de PFOS).
En cuanto a los niños – el grupo de población más expuesto – los estudios han indicado que pueden sufrir alteraciones en el desarrollo, peso bajo al nacer, daños hepáticos, renales e inmunitarios.
PFAS en España
En 2017, un grupo de científicos españoles publicaba en el portal Science Direct el primer mapa de España de exposición a sustancias perfluoradas.
Tras varias pruebas, los expertos aseguraron que la población española estaba expuesta a estas sustancias en niveles semejantes a otras poblaciones europeas. Siendo los residentes de Galicia y Cataluña los que más expuestos están y los habitantes de Canarias los que mostraron los valores más bajos para casi todos los PFAS.
Según recogía entonces el medio Agencia Sinc, «para los científicos, los hábitos de vida también influyen en los niveles de PFAS. La exposición al tabaco y la dieta lo hacen de manera considerable. El estudio indica que el consumo de pescado está asociado a varias sustancias como las PFHxS, PFOA y PFOS. Pero también el consumo de cerveza y vino aumenta las concentraciones: los bebedores regulares de cerveza (de una a seis por semana) y los de vino mostraron una asociación con PFOA y PFOS. En el caso del vino además se detectaron PFNA y PFDA».
Para más información, puedes consultar el estudio llevado a cabo por la OCU sobre los PFAS en productos de cartón en España.
Estrategia europea de Químicos para la Sostenibilidad
Dentro de la Estrategia Europea de Sostenibilidad, la UE está elaborando protocolos en materia de seguridad y sostenibilidad. Desde el diseño para las sustancias químicas, incorporando este tipo de sustancias en las normativas de protección ambiental.
Para dar solución a los suelos y aguas subterráneas afectados por PFAS, se están evaluando y poniendo en práctica diferentes tecnologías innovadoras, tales como lavado mixto de suelos, oxidación química in-situ o estabilización in-situ.
El conjunto de países que conforman el grupo REACH UP – España forma parte desde 2019 – reclaman una estrategia de químicos ambiciosa. Piden reducir de forma efectiva la exposición de seres humanos y el medio ambiente a químicos peligrosos. Al mismo tiempo, mejorar la competitividad y la innovación de la industria europea para lograr productos químicos seguros y sostenibles.
Aprende más sobre los PFAS en este siguiente enlace del Ministerio de Sanidad.
Contaminación del suelo y las aguas subterráneas
Una de las líneas de actuación de este grupo es promover estándares ambientales a nivel internacional. La liberación de estas sustancias al Medio Ambiente son solo el principio de la cadena de contaminación del medio, fauna y flora y ser humano.
Pero esta es tan solo una de las formas de contaminación que sufre el suelo y las aguas subterráneas. Para conocer más a fondo esta problemática, sus consecuencias y soluciones, puedes consultar el curso online Contaminación del Suelo y de las Aguas Subterráneas.