Los ecosistemas se encuentran en un equilibrio natural al que regresan después de una alteración. Sin embargo, hay situaciones en las que el ser humano con su actividad altera este equilibrio introduciendo o eliminando especies animales o vegetales, destruyendo hábitats o transformando notablemente el paisaje.
Esto sucede en multitud de casos cuando se llevan a cabo proyectos o actuaciones en el medio natural que producen modificaciones en el entorno como la minería, infraestructuras, obras hidráulicas etc, o cuando un espacio se abandona por perder su función social tradicional como ocurre con las tierras agrícolas abandonadas o las vías pecuarias. Las actuaciones de restauración tienen como objetivo intervenir de manera que el proceso de regeneración se acelere y las etapas de sucesión natural tengan lugar de una forma menos dilatada en el tiempo.