El agua es vital para la supervivencia, la salud y la dignidad humana y es un recurso fundamental para el desarrollo. Los recursos de agua dulce del mundo se encuentran bajo presión creciente y muchas personas carecen aún de un suministro de agua adecuado para satisfacer sus necesidades básicas. El crecimiento de la población, el aumento de la actividad económica y de los estándares de vida, han conducido a un aumento en la competencia y en los conflictos relacionados con los recursos limitados de agua dulce.
En España la Ley de Aguas de 1985, que deroga la anterior Ley de Aguas de 1879, establece la obligatoriedad de confeccionar planes hidrológicos para cada una de las cuencas hidrográficas. Así, define la finalidad de la planificación hidrológica en su Art. 38: “La planificación hidrológica tendrá por objetivos generales conseguir la mejor satisfacción de las demandas de agua y equilibrar y armonizar el desarrollo regional y sectorial incrementando las disponibilidades del recurso, protegiendo su calidad, economizando su empleo y recanalizando sus usos en armonía con el medio ambiente y los demás recursos naturales”
En los años 70 y 80 la política de aguas europea se centraba en la calidad de determinadas aguas (aguas para baño, abastecimiento y pesca), ya en la década de los 90 se centró en atender a las fuentes de contaminación en su origen, desarrollándose Directivas sobre dichas fuentes contaminantes. Pero fue ya a finales de los 90, cuando se definió un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas, la Directiva 2000/60/CEE del Parlamento Europeo y del Consejo de 23 de octubre de 2000, por la que se establece un marco comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas”, también conocida como Directiva Marco del Agua (DMA).
Como su nombre indica, la Directiva establece un “marco” que proporciona un enfoque y unos objetivos, principios, definiciones y medidas básicas comunes. Ahora bien, las acciones concretas que se requieren para lograr el “buen estado de las aguas” constituyen una responsabilidad de las autoridades competentes de los Estados miembros (a escala nacional, regional, local o de la cuenca hidrográfica.
Implica una gestión en las cuencas hidrográficas, con enfoque combinado de controles de emisión y estándares de calidad, empleando instrumentos económicos para promover un uso eficiente, definiendo la PLANIFICACIÓN HIDROLÓGICA, como principal instrumento para el seguimiento y control de las actuaciones en materia de aguas.
El desarrollo de este curso online de Planificación Hidrológica y la GIRH trata de adquirir unos conocimientos claros de lo que implican los planes hidrológicos, los principales hitos del proceso y cómo se afrontan los aspectos más destacados para su elaboración. Además de proporcionar los conocimientos y herramientas para la planificación de los recursos hídricos tan demandados en Europa para la aplicación de la Directiva Marco del Agua, así como en países en vías de desarrollo como primer paso en una correcta gestión.
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