La organización conservacionista WWF califica como “enfermas” a la mayoría de nuestras viviendas. Tanto el calor como el frío se cuelan por las puertas, las ventanas, techos y paredes, originando unas enormes deficiencias energéticas, las cuales van a ser de subsanación obligatoria para cumplir con los objetivos energéticos y de emisiones de la UE para 2030. Según WWF los edificios residenciales y comerciales representan el 40% del consumo total de energía y el 36% de las emisiones de dióxido de carbono, por lo que las actuaciones en el sector inmobiliario contribuyen a mejorar la seguridad de abastecimiento energético y a la reducción de las emisiones de CO2. En la actualidad existen tecnologías que pueden cambiar radicalmente el impacto medioambiental de los edificios a través de la rehabilitación de los mismos.
Con la nueva legislación en materia energética y la actualización del Código Técnico de la Edificación (CTE), que entra en vigor este mes de marzo, se garantiza la eficiencia en los edificios de nueva planta. Sin embargo, la única fórmula para la solución de edificios ya construidos es la rehabilitación. Los proyectos integrales de eficiencia energética sobre el parque existente se dirigen hacia un nuevo concepto de ciudad basado en el uso responsable de los recursos energéticos.
Debemos concienciarnos de que la rehabilitación no es un gasto, sino una inversión que se autofinancia y se rentabiliza por vía de los ahorros generados y la revalorización conseguida.
El programa de rehabilitación piloto “Mejora la energía de tu comunidad”, impulsado por la organización conservacionista WWF y la Fundación Reale, en colaboración con la Empresa Municipal del Suelo y la Vivienda de Madrid (EMVS), nace con el objetivo de ratificar que si se acometen mejoras energéticas en un edificio de viviendas se puede reducir hasta en un 80% el consumo de energía, representando aproximadamente 680 euros al año de ahorro en gastos por vivienda de tipología media. Según una guía elaborada por WWF y Fundación Reale, el coste medio de una rehabilitación energética para una vivienda de 81 metros cuadrados ronda los 14.000 euros. A la reducción del coste de las facturas energéticas se suman el aumento del bienestar y la calidad de vida de sus ocupantes (reducen la entrada de ruidos y mejoran la calidad del aire interior entre otros), a la par del beneficio que este menor consumo supone sobre el medio ambiente.
A todos los efectos, una apuesta eficaz para el ahorro dinero en nuestras viviendas es lograr la mejora de la calificación energética, implementando medidas tales como el aislamiento de la envolvente y la sustitución de elementos de cierre de fachada e instalaciones térmicas y de climatización. Aunque todos los elementos del edificio tienen potencial de ahorro, la intervención en la envolvente, pese a su retorno de inversión más largo, con el tiempo genera mayores ahorros por su perdurabilidad. Toda rehabilitación energética en un inmueble se amortiza año tras año porque el coste de inversión se recupera con el ahorro en energía no consumida además de las ayudas a las que se pueden optar.
Es importante resaltar que la mejora en las condiciones de habitabilidad y de confort así como la optimización del coste energético suponen una revalorización del inmueble que será mayor cuanto más completa sea esta rehabilitación. Una calificación más alta de la eficiencia energética implica un aumento del valor objetivo de la vivienda.
Desde el Instituto Superior del Medio Ambiente hemos diseñado el curso de Rehabilitación Energética de Edificios, con el objetivo de que el alumno adquiera los conocimientos teórico-prácticos para acometer exitosamente una actuación de Rehabilitación Energética, conocer las mejoras y actuaciones de Eficiencia Energética en todas fases de vida de un edificio, desde el diseño, pasando por la fase de obra, así como la posterior utilización del edificio por parte del usuario final.
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