Muchos son los estudios en los cuales se miden y cuantifican los beneficios que los bosques urbanos proporcionan a las ciudades y sus habitantes. Solo en Madrid capital, por poner un ejemplo, existen 5,7 millones de árboles repartidos entre calles y diferentes espacios verdes. Todos ellos aportan en términos económicos un beneficio ambiental entorno a los 7,9 millones de euros al año, (según un estudio realizado por el Área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad para conocer los efectos del bosque urbano sobre la calidad del aire, la reducción de la contaminación y la salud ciudadana).
Además de la parte económica, los beneficios del arbolado urbano los podríamos dividir en otros tres ámbitos:
En términos de salud, los árboles urbanos limpian el aire actuando como sumideros de carbono y devolviendo oxígeno a la atmósfera y como filtros para contaminantes y pequeñas partículas (óxido de nitrógeno, amoniaco, dióxido de azufre y ozono) lo que implica la mejora de salud por una mejor calidad del aire. Además se mejora la calidad de vida de los habitantes de la ciudad, pues existe un correlación entre entornos con abundantes plantas y una reducción en los niveles de estrés y presión arterial.
Medioambientalmente hablando, los bosques urbanos benefician a la biodiversidad, ofreciendo alimento y refugio a diferentes tipos de animales que enriquecen la fauna del entorno. Además, pueden llegar a reducir la temperatura entre 2 y 8 ºC pues las plantas actúan como agentes “refrigerantes”, amortiguan las altas temperaturas con la evapotranspiración y reducen el efecto de isla de calor mediante la absorción de la radiación solar. También reducen los daños por escorrentía producida por las aguas pluviales y optimizan diferentes infraestructuras urbanas. Teniendo en cuenta que un árbol puede absorber hasta 150 kg de CO2 al año, también se puede decir que que otro de los beneficios es que ayudan a la mitigación del cambio climático.
Entre los beneficios sociales se pueden señalar el aumento de la conciencia ecológica y de la identidad con la comunidad. Además, según FAO, las áreas en la que hay más árboles pueden incrementar su valor un 20%
Los valores ambientales, económicos, sociales y de salud que estos bosques urbanos aportan a la sociedad son tan relevantes que se deben conservar para respaldar en las ciudades la continuidad con la naturaleza Así, se hace imprescindible una buena gestión del arbolado urbano que haga que el árbol recupere el protagonismo en estos espacios, siempre teniendo en cuenta las necesidades de crecimiento y mantenimiento que garanticen la idónea supervivencia de los mismos.
Conscientes en el ISM de la importancia de los arboles en las ciudades, ponemos en marcha el curso Gestión del Arbolado Urbano, en el que, de la mano de los profesionales de la Asociación Entorno Tierra, proporcionamos el conocimiento acerca de los aspectos y técnicas necesarios para llevar a cabo una adecuada gestión del arbolado en los diferentes espacios públicos.