La contaminación del suelo se produce por la introducción en exceso de sustancias químicas de origen antrópico. Además, en estos casos el suelo no actúa como mero medio receptor de la contaminación, sino que a través de diferentes mecanismos naturales de movilización de los contaminantes parte de la carga contaminante puede trasladarse, por lo que se hace imprescindible poner en práctica actuaciones de recuperación y/o control y seguimiento del emplazamiento contaminado.
Así, la Comunidad de Madrid va a destinar 11,6 millones de euros para completar la descontaminación de la laguna de Arganda, en la que fue una antigua explotación de áridos utilizada como espacio para el vertido irregular de hidrocarburos y aceites contaminantes la empresa Aceites Ulibarri-Piqsa entre 1989 y 1995, y que tiene una superficie de 6,4 hectáreas. La laguna se encuentra localizada dentro del Parque Regional del Sureste en torno a los ejes de los ríos Manzanares y Jarama.
Las actuaciones de descontaminación se distribuyen en tres fases: en la primera, que consta de dos partes, se desarrollan actuaciones sobre el foco contaminante (retirada, transporte y tratamiento de residuos); la segunda se centra en la remediación y adecuación de los suelos afectados; y la tercera en la recuperación del entorno y la biodiversidad.
El Gobierno regional ya aprobó un gasto de 8,6 millones en 2014 para empezar las actuaciones sobre el foco contaminante (Fase 1A) y ha autorizado un gasto plurianual hasta 2021 de otros 11.675.896 € para completar la Fase 1B de recuperación, cuyo objetivo es realizar actuaciones sobre el material no bombeable tanto de la laguna principal como de la laguna sureste y que tendrá una duración prevista de tres años.
Desde que en julio de 2015 comenzara el bombeo regular de los residuos se han extraído más de 39.500 toneladas de aceites industriales. Por su carácter altamente contaminante, los aceites son analizados en el momento de su extracción y trasladados a centros de gestión, para su recuperación como combustible alternativo para la producción de cemento, contribuyendo de este modo al mantenimiento de la economía circular en la región.
Los trabajos de recuperación medioambiental de esta zona suponen una de las mayores actuaciones realizadas en Europa en un espacio natural protegido, contaminado por residuos de aceites industriales.
España cuenta con un marco normativo muy desarrollado en lo que se refiere a la protección del suelo ante episodios de contaminación puntual de origen industrial. Por un lado, la Ley 22/2011 de Residuos y Suelos Contaminados, y Real Decreto 9/2005, por el que se establece la relación de actividades potencialmente contaminantes del suelo y los criterios y estándares para la declaración de suelos contaminados, constituyen el marco básico en este aspecto, complementados por la Ley 5/2013 que modifica la Ley 16/2002 IPPC y la Ley 22/2011, y traspone la Directiva 2010/75/UE de Emisiones Industriales y la Ley 26/2007, de 23 de octubre, de Responsabilidad Medioambiental, que traspone la Directiva 2004/35/CE, y que suponen dar al compartimento suelo la misma importancia que otros, como las emisiones atmosféricas o los vertidos líquidos, en el marco de las actividades industriales.
Con el fin de seguir proporcionando la mejor capacitación a los profesionales responsables de la gestión de espacios contaminados, el Instituto Superior de Medio Ambiente imparte el curso de Contaminación de Suelos y de las Aguas Subterráneas. El curso, con un claro enfoque práctico, proporciona las herramientas de diagnóstico necesarias para evaluar la calidad del suelo y las aguas subterráneas ante episodios de contaminación puntual de origen industrial, aborda estrategias y técnicas para la planificación del muestreo, profundiza en la metodología del análisis cuantitativo de riesgos (ACR) y perfila las principales tecnologías disponibles para la recuperación de suelos y aguas subterráneas contaminados.