La economía circular es un concepto económico cuyo objetivo es que el valor de los productos, los materiales y los recursos (agua, energía,…) se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible, y que se reduzca al mínimo la generación de residuos, englobando de esa manera los aspectos más relevantes de la sostenibilidad. Esta nueva economía, circular y no lineal se basa en el principio de «cerrar el ciclo de vida» de los productos, los servicios, los residuos, los materiales, el agua y la energía.
En el Protocolo de gestión de residuos de construcción y demolición en la UE se determina que los residuos de construcción y demolición (RCD) suponen el mayor flujo de residuos de la UE, pero también incide en que una gestión adecuada de los mismos y de los materiales reciclados, que incluya una manipulación correcta de residuos peligrosos, puede suponer grandes beneficios en cuanto a la sostenibilidad y la calidad de vida.
De ahí que el conocimiento de qué es un RCD, cómo debe llevarse a cabo la correcta gestión de los mismos y cuáles son las obligaciones de cada figura implicada sea fundamental para establecer una estrategia adecuada que permita optimizar el uso de productos de construcción y planificar minimizando la producción de RCD’s de manera que se pueda ir generando una economía circular de la construcción, mediante la demolición y posterior reconstrucción con materiales creados a partir del reciclado de residuos.
Desde el Congreso Nacional de Medio Ambiente, Conama 2018, también han sabido ver la relevancia de esta relación entre RCD y economía circular y por ello se ha organizado el grupo de trabajo Economía circular en el sector de la construcción (GT-6) que reunirá a diferentes agentes implicados (productores de materias primas, promotores, arquitectos y gestores de residuos) para que identifiquen qué iniciativas se pueden llevar a cabo para conseguir una mayor implicación en la sostenibilidad de los materiales.